El próximo 21 de mayo hará un año del fallecimiento del arquitecto brasileño João Filgueiras Lima, más conocido como Lelé. Este texto es una despedida tardía, un homenaje póstumo a un digno representante de la profesión de arquitecto.
La vida profesional de Lelé empieza a la vez que el surgimiento de Brasília. El fué testigo presencial de la construcción de aquél «espanto», tal como define la escritora Clarice Lispector a la creación de Lucio Costa y Oscar Niemeyer:
“Los dos arquitectos no han pensado en construir la belleza, esto sería fácil; ellos han erguido su propio espanto, y lo dejaron sin explicar. La creación no es una comprensión, es un nuevo misterio».
Aunque sigamos presenciando la construcción de espantos inexplicables, aquellos eran otros tiempos para la profesión, cuando las cuestiones sociales se hacían presentes en el debate sobre arquitectura, y mucho antes de que en el firmamento el «star system» pairara sobre nuestras cabezas. Siempre he creído que las adversidades enfrentadas en la construcción de Brasília, el trabajo junto a los operarios y el tener que enfrentarse a la total falta de medios para llevar a cabo el reto que supuso la construcción de una nueva ciudad en mitad de la nada, forjaron la actitud de Lelé en su condición de arquitecto.

Imagen 01: La construcción de Brasília en imágenes registradas por el fotógrafo Marcel Gautherot. (Fuente: http://www.archdaily.com/)
Hace ya más de una década que tuve la oportunidad de presenciar una charla de Lelé; entonces me intrigaba el hecho de tener que acudir a la facultad de medicina para escuchar hablar a un arquitecto, y más aún que aquél señor sencillo lograra mantener el interés de una audiencia formada por una mayoría de médicos y estudiantes de medicina y un puñado de arquitectos. Lelé expuso su trabajo en el desarrollo de los hospitales de la Red Sara Kubitscheck, destinados al tratamiento y recuperación de personas con movilidad reducida, al que ha dedicado la mayor parte de su vida.
Con un total de nueve hospitales ubicados en distintas ciudades de Brasil (a excepción de Brasília, que cuenta con dos de ellos), los edificios proyectados por Lelé son fruto de un trabajo interdisciplinario digno de conocer, sin duda una síntesis de todo lo que un buen diseño debe ser. La complejidad del programa hospitalario impone una serie de limitaciones a la hora de diseñar; pero esto no impidió a Lelé plantear una serie de mejoras técnicas y funcionales, como por ejemplo la flexibilidad lograda a partir de la construcción modular y un rendimiento energético óptimo, con medidas que sacan partido de las condiciones climáticas específicas de cada lugar.

Imagen 02: Sarah Rio de Janeiro, inaugurado en 2009. (Fuente: http://www.sarah.br)
En los edificios hospitalarios de Lelé destaca especialmente el impacto positivo sobre la recuperación de los pacientes, algo que se debe a un arduo trabajo de investigación para promover la integración entre la arquitectura y las terapias y tratamientos llevados a cabo en los hospitales de la red Sarah. Este es el motivo por el que el discurso de Lelé es muy bien acogido entre los profesionales de la salud. Esta integración entre disciplinas que aparentemente poseen poco en común, tiene como punto de partida la puesta en valor del paciente, lo que queda reflejado en el primer principio de la red, que es el de “crear una red de neuro-rehabilitación que entienda el ser humano como sujeto de una acción y no como objeto sobre el que se aplican técnicas”.

Imagen 03: Sección con estudio sobre la ventilación natural de las habitaciones del hospital en croquis realizado por Lelé (izq.) e imágenes del sistema de iluminación natural en pasillo del hospital Sarah Lago Norte, en Brasília (Eliana Pires).
La destreza técnica de Lelé es su faceta más reconocida, abundan estudios sobre la eficiencia energética de sus edificios. En estos tiempos en los que la reducción de nuestra huella en el planeta es una necesidad incuestionable, resulta sorprendente comprobar que no era esta su prioridad, aunque los resultados de sus obras sean tremendamente inspiradores. A Lelé lo que más le interesaba era el bienestar de los ocupantes de sus edificios. En el libro «O que é ser arquiteto» que reúne sus memorias profesionales, al comentar este aspecto de sus obras, revela: «lo más curioso en todo ello, confieso, es que yo nunca he defendido la iluminación natural por tratarse de algo más económico (en lo que a energía se refiere). Lo he defendido y defiendo por el hecho de ser más agradable«.
A raíz de este enfoque, el diseño de los hospitales de la red Sarah responde no sólo a aspectos técnicos y estéticos, si no que está íntimamente comprometido con la salud de los pacientes y con el trabajo del equipo médico. Los colores y formas, la presencia de luz y ventilación natural, de jardines, solárium o terrazas que conforman una relación dinámica ente interior y exterior, revelan que cada detalle de estos hospitales está pensado para reforzar el protagonismo de este sujeto-paciente que, en las camillas y sillas de ruedas especialmente diseñadas por el arquitecto, puede llegar a todas partes, incluso acceder a las piscinas, dotadas de rampas con pasamanos a ambos lados.

Imagen 04: Sarah Fortaleza (Fuente: http://www.sarah.br)

Imagen 05: Sarah Rio de Janeiro (Fuente: http://www.sarah.br)
Como resultado, la obra de Lelé plantea un cambio de paradigma respecto a la carga simbólica que poseen los hospitales pues éstos, a pesar de los avances en la medicina, provocan una asociación subjetiva que remite al miedo a la muerte y a la enfermedad. La configuración de los hospitales de la Red Sarah rompe con esta predisposición negativa; ya que hasta las amplias enfermerías, espacios colectivos donde quedan alojados los pacientes, se convierten en áreas de juego para los niños o improvisados escenarios para conciertos y obras teatrales. Todo está pensado para favorecer y estimular el movimiento: son como islas accesibles ubicadas en ciudades repletas de barreras. De hecho estos hospitales cuentan con pequeños recorridos lúdicos que «entrenan» a sus pacientes para enfrentar las irregularidades que encontrarán fuera de sus límites.

Imagen 06: Itinerario lúdico simulando resaltes y pavimento irregular en el patio exterior del hospital Sarah Lago Norte, Brasília (Eliana Pires)
Resumir la riqueza del trabajo de este arquitecto en unas pocas líneas no es una tarea fácil. Su obra reúne aspectos técnicos, estéticos y éticos que deberían verse más a menudo en los entornos que habitamos, pero infelizmente la crisis que atraviesa la arquitectura no es sólo de origen económica. Sin ser una estrella más en el selecto limbo de los arquitectos de fama internacional (no es hasta finales del siglo XX cuando su nombre comienza a recibir notoriedad en Brasil), los edificios de Lelé no ponen ciudades en el mapa, pero hay una larga lista de pacientes a la espera de una oportunidad para recibir tratamiento en ellos.
Tras su muerte, queda mucho que aprender de su legado, obras que reflejan una vida dedicada a construir lugares en la justa medida de las personas que los habitan.